A pesar de que corría una leve brisa de levante que refrescaba la atmósfera junto al Muelle Uno, estamos en pleno mes de agosto, guardar el protocolo de una boda tiene su mérito. Este simpático matrimonio malagueño se presto a ser inmortalizado mientras hacía tiempo para ir al convite, gracias a ambos por su tiempo y derroche de simpatía..
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